sábado, 3 de junio de 2017

Las muñecas rusas: el mecanismo para abrirlas

Los escritores no parece que tengamos acceso a formas muy novedosas para construir personajes. Podríamos nombrar algunas maneras clásicas de inventar personajes. Resulta una paradoja que, a pesar de estas limitaciones a la hora de construirlos, no existan dos novelas iguales. Todas las novelas son diferentes. 
Por muchos estudios que caigan en nuestras manos, al final, el escritor no tiene más remedio que tomar decisiones difíciles, como por ejemplo, ordenar las anécdotas, los rasgos y las diferentes cantidades de virtudes de sus todavía invisibles personajes: cuánta astucia, qué cantidad de valentía, o cuánto de cobardía deben ostentar los personajes.
Por mucho que el escritor se esfuerce éste no tendrá premio, ya que, al final será el lector quien construya el relato con toda su ficción, y parecerá que el anterior esfuerzo por dar forma al personaje es infructuoso.
En Residencia de quemados tuve una idea sobre cómo construir los personajes. Se me ocurrió un nuevo modelo para crearlos, para construirlos de manera eficaz. Pensé hacer una analogía entre los personajes y las muñecas rusas. Esas muñecas que contienen dentro otras muñecas, más pequeñas. Por ejemplo, necesitaba algo que modificara la actitud de Clara (personaje central de la novela), algo que la zarandeara, que la despertara de su indolencia y para ello metí en la primera muñeca cuatro personajes secundarios, mis cuatro enfermos quemados.


Posteriormente, se me ocurrió inventar un personaje con todas las virtudes que la nueva Clara necesitaba, y por si fuera poco, este nuevo personaje llamado Ruta se enmarca en una apocalíptica misión para la que precisa sacar de su imaginación el Relato total, un libro que debe escribir desde sus hazañas y aventuras; en definitiva, el Relato total se trasforma también en personaje: ¡Qué hallazgo!... un libro que vive como un personaje. El Relato total y Ruta tienen los mismos atributos y son inventados para modificar la conducta de Clara, para cambiarle esa indolencia que padece por su pasado. Me percaté de que necesitaba un continente todavía mayor y me inventé un pseudónimo, Elena Hierro Guerrero, la última muñeca rusa que contiene a todas las demás.
La muñeca de Ruta fue la más difícil de crear. Tuve que inventar toda una ontología ficticia, a su medida, una manera de hablar, un logos poderoso y sobre todo, unas mañas con las que luchar. Esta  complicada muñeca rusa debía contener también toda la fantasía del Relato total. Ruta activa el mecanismo que abre las muñecas rusas de Residencia de quemados.

4 comentarios:

  1. Muy interante la tecnica de las muñecas rusas en literatura y más original en la creación de personajes. Cuando estas muñecas no son relatos, sino los propios personajes, me pregunto, quién las va abriendo? Los mismos personajes? El lector? Situaciones del propio relato? A la hora de utilizar esta técnica y empezar a escribir, tenías claro cuándo abrirías la última? Comentas que el pseudónimo de Elena Hierro es la muñeca madre, cómo es posible que un final sea un principio? Gracias.

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  2. Gracias Lago de Como por tu comentario. Cuando escribí "Residencia de quemados" ya tenía pensada la estructura total de la obra y también cuándo abriría la última muñeca (Elena Hierro Guerrero), lo haría al final de la novela. El autor no debe olvidar nunca el contenido de la novela. Como he comentado en la entrada, el mecanismo para abrir las muñecas es Ruta: cuando el lector comprende este personaje se produce lo que yo llamo un "fogonazo literario". Un saludo

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  3. Me ha parecido muy interesante y sofisticada la forma de construir los personajes en tu última novela. Lo que me gustaría saber es por qué necesitaste este artilugio. ¿Por la complejidad de los personajes? ¿Por qué cada uno de los personajes principales te llevaba a otro? Y también quisiera saber si crees que es una forma habitual de construir personajes en la literatura.

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  4. Gracias Elena por tu sutil comentario. No creo que sea una manera habitual de crear los personajes.
    El artilugio, como bien dices, se me ocurrió como un mecanismo necesario, los personajes se encontraban dentro de otros, pero con la argamasa de la ficción. Quiero decir, que Elena inventa un personaje (Ruta), y Ruta, para su propia supervivencia necesita de otro personaje (Relato total), todo inventado con la intención de modificar la conducta de Clara, para hacerla más valiente.

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